ColegioAlminar

El Colegio Alminar tiene una gran personas como director, Alberto Costa. Le hemos realizado una entrevista para que lo conozcáis un poco mejor y veáis su enfoque desde el punto de vista educativo en Educación Infantil.

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¿Qué significa para ti ser Director del Colegio Internacional Alminar?

Mi respuesta daría para un libro… Estoy en Alminar desde 1980, aquí he sido profesor de Lengua, tutor, coordinador del área de Lengua, coordinador de etapa, jefe de departamento, secretario técnico y, finalmente, director (desde el curso 2008-2009). Toda mi vida profesional se ha desarrollado en Alminar. Mi hijo ha estudiado en Alminar…Creo que estos datos dejan muy claro qué significa para mí Alminar y permiten hacerse una idea de lo que significa que se haya depositado en mí la confianza para dirigir el área educativa de esta institución.

¿Qué valores se intenta inculcar a los alumnos del centro?

En el inicio de nuestra nueva web se afirma que nuestros “objetivos fundamentales son la formación integral de los alumnos basada esencialmente en los valores de tolerancia y respeto, la excelencia académica y la capacitación para incorporarse al mundo global y a la sociedad de la información”.

Educación Infantil en el Colegio Alminar

¿Por qué hay que estudiar Educación Infantil en el Colegio Alminar? ¿Qué objetivos tiene el colegio en esta primera etapa educativa? ¿En qué consiste el programa educativo del Colegio Alminar en Educación Infantil?

En Infantil empieza todo, ahí se sientan las bases de los objetivos que he citado en la pregunta anterior, los que van a hacer posible que estos pequeños de hoy sean en el futuro personas respetuosas y tolerantes con las ideas y creencias de los demás, responsables en su trabajo y en su vida, solidarias, cosmopolitas, con criterio, capaces de moverse en los espacios internacionales sin olvidar sus orígenes, sus raíces… Es lo que se quiere decir con la expresión “formación integral”, una formación que atiende al desarrollo equilibrado de lo físico, lo intelectual, lo emocional y lo social. 

¿Se hace una apuesta clara por el inglés en los alumnos más pequeños? ¿Por qué el bilingüismo es un estandarte del centro a estas edades?¿Cómo se enseña inglés a los alumnos de estas edades? El Centro tiene su propio proyecto de inglés ¿En qué consiste? ¿Desde cuándo empiezan a hablar inglés los alumnos?

Efectivamente. De hecho hemos implantado un modelo bilingüe en el que el 50% de la jornada se imparte en inglés. Este modelo se define por ser esencialmente comunicativo, tiene por objetivo el que nuestros alumnos desarrollen la competencia comunicativa en la L2 sin menoscabar su crecimiento en L1 ni afectar materias troncales del currículo. Desde el principio tuvimos claro que para aprender inglés no hace falta impartir matemáticas en inglés. De hecho, salvo en Infantil y 1º, 2º y 3º de Primaria, en los que el sustrato de las incipientes materias, su vocabulario, su “lenguaje”, forma parte del uso común al que se accede sin especialización, eludimos el error de impartir ciencias sociales, ciencias naturales o matemáticas en inglés.

En Infantil procuramos un desarrollo lingüístico en L2 semejante al que se sigue en lengua materna. Básicamente creamos contextos comunicativos, dentro y fuera de clase, que estimulen la natural capacidad del lenguaje, innata en el ser humano, para provocar el desarrollo espontáneo del inglés.

¿También se intenta educar mediante el uso de herramientas digitales?

Alminar dispone de un Proyecto digital que organiza el colegio en dos grandes bloques: de 3 años a 3º de Primaria y de 4º de Primaria a 2º de Bachillerato. En el primer tramo hemos priorizado el aprendizaje tradicional de la escritura, por lo que se ha evitado la herramienta digital individual. En ese periodo todas las aulas están dotadas de pantallas digitales interactivas… A partir de 4º de Primaria, ya fijado el dominio de la escritura manual, cada alumno dispone de iPad personal y cambia el modelo de trabajo.

¿A estas edades también es muy relevante el desarrollo psicomotriz de los alumnos?

Muy relevante en el contexto de esa formación integral que fomentamos, pues contribuye al desarrollo orgánico de las capacidades del individuo (motor, afectivo, social y cognitivo) y a un mejor conocimiento de sí mismo y de su entorno.

¿Cómo son los alumnos de Educación Infantil del Colegio Alminar?

Sencillamente encantadores. Aunque mi formación es originalmente la de un profesor de Secundaria y Bachillerato, en mi trayectoria profesional me he acercado a esta etapa y puedo decir sin rubor que los “enanos” me tienen sorbido el seso. Visitar la zona de Infantil, las aulas o el recreo es de las grandes satisfacciones que experimento. Fastidiado me tiene el dichoso protocolo de actuación COVID, que nos obliga a mantener unas distancias que casan muy poco con el espíritu de los niños de estas edades, que nada más acercarte a ellos se te echan encima, te abrazan y hacen que todos los esfuerzos del duro día a día de un centro educativo adquieran pleno sentido.

El profesorado de Educación Infantil en el Colegio Alminar

¿Cómo son los profesores de Educación Infantil del Colegio Alminar?

El actual equipo docente de Infantil en el Colegio Alminar es resultado de una equilibrada combinación de veteranía y juventud, de experiencia y novedad. Cuando daba clases, mi conocimiento se reducía a la esfera de los “mayores” y pensaba: qué suerte tiene la gente de Infantil, qué buena vida, no tienen que corregir ni exámenes, ni redacciones…Reflexión de burro flautista de la fábula de Iriarte. No digo el día a día, el minuto a minuto de nuestras profesoras de Infantil es para quitarse el sombrero… Lo que hay que bregar con esos chiquillos y lo que sacan de ellos… Admirable. Si hay una etapa en la que, o  se es vocacional o se dimite, esa es la etapa de Infantil.

¿Qué ofrece el Colegio Alminar que no ofrecen otros centros en esta etapa educativa?

No me gusta hablar de otros centros educativos. Respeto profundamente la oferta educativa que poseen. Alminar tiene su estilo, sus señas de identidad y, tal vez, una de ellas sea el hecho de que desde su fundación somos un centro pequeño, donde todos nos conocemos, donde prevalece la cercanía, la proximidad, el trato personal, el calor humano…Y sobre eso se construye toda la estructura metodológica, pedagógica, didáctica… 

¿Cómo ves a los padres de los alumnos?

Me gustan las familias de nuestra Comunidad educativa. “Somos una familia” es más que un eslogan. Como en toda familia hay “acordes y desacuerdos”, momentos dulces y momentos menos dulces. Creo que existe entre familias y equipo docente esa “complicidad” necesaria para el logro de los objetivos educativos. En general hay respeto y cordialidad, yo así lo aprecio. Hay afinidades muy próximas a la amistad. Sería un desastre, un Babel si no existiera una importante coincidencia en el “qué” y el “para qué”, y mucha afinidad en el “cómo”. Nos jugamos la formación de nuestros alumnos, que es lo más serio del mundo.

¿Cómo te sientes siendo Director del Colegio Alminar?

Me siento magníficamente siendo Directo del Colegio Alminar. Me aburre el despacho, no me gusta la burocracia (aunque es muy necesaria en las dosis adecuadas) y agradezco que desde la titularidad del centro se valore y apoye mi posición de director-docente metido en el terreno de juego, hombro con hombro con el profesorado, el personal no docente y las familias. Gasto poco sillón del escritorio y mucho zapato para estar en los pasillos, en las aulas, en las actividades, en las entradas, en las salidas…

Siempre en contacto con el factor más importante de todos en un centro educativo: el factor humano. Adoro que muchos de los alumnos bromeen conmigo, que me llamen “director” o “Alberto” a secas (sé que los profes se esfuerzan por que me digan don Alberto, pero interiormente prefiero esa cercanía que sienten). Siempre digo que el respeto es una cosa y las distanciadoras fórmulas de respeto, otra; que se puede faltar el respeto gravemente a una persona tratándola de “usted” y respetarla profundamente tuteándola. Una breve anécdota para acabar. Hace algunos años, un grupo de Primaria empezó a llamarme Donal (Don-Alberto). Hace muy poco una de aquellas chicas se casó y me invitó a su boda. Cuando fui a sentarme a la mesa que se me había asignado, empecé a leer las tarjetas bonitamente colocadas en los sitios asignados a los comensales. En todas se escribía nombre y apellidos; en la mía ponía Donal. Creo que esto no podría contarlo verbalmente porque me emociono con la misma intensidad que sentí al ver la tarjeta